martes, 10 de diciembre de 2013

Teófilo Bellido: El revés del 24.11

Aporte para el balance de las elecciones del 24 noviembre

Por Teófilo Bellido

Está claro y hay que aceptarlo y no es para azotarse como fraile en penitencia, sino para sacar lecciones, corregir errores y estar en mejores condiciones de cara al 2014, pero, sobre todo, al 2016. Aceptar la realidad debiera ser la actitud política de un movimiento o de un partido si existe la seria intención de avanzar en el proceso de constituirse en alternativa de gobierno y poder popular. Siendo importante, no bastan los esfuerzos unitarios ni la fusión de organizaciones políticas que -es preciso reconocer- no atraviesan el mejor momento de su vida. Es indispensable, además, darle al pueblo pequeñas victorias en las contiendas que se participa, recuperar la confianza y credibilidad de la población y de los propios seguidores. Falta nos hace.

La gestión municipal de Susana Villarán ha sufrido una derrota política en las elecciones del domingo 24 de noviembre y, sin lugar a dudas, políticamente golpea a la izquierda. Haber iniciado su mandato con 21 regidores para quedarse con tres en su año final, no es ninguna victoria por más que algunos quieran dorar la píldora buscando justificaciones, culpando a terceros o reprochando cualquier crítica personal o colectiva que ya se vienen dando desde la propia izquierda. Descalificar puntos de vista diferentes a la “declaración oficial” de algunos dirigentes o, pensar que aún existen personajes sagrados e intocables, son visiones atávicas que deben ser desterradas. Para tener derecho a alzar una voz crítica no es necesario estar en las entrañas del grupo de dirigentes que aún no están legitimados. En esta nueva etapa de unidad, es necesario armonizar las opiniones no contradictorias con el carácter y los fines del Frente, buscando lo mejor para su construcción y desarrollo.

Es un hecho. La oportunidad que en las urnas le dio el pueblo de Lima a Susana Villarán investida con imagen de izquierdista, primero en las elecciones municipales del 2010 y luego en la revocatoria, no fue aprovechada por quien gobierna desde el sillón de Nicolás de Rivera. 

Numéricamente la vencedora del 24.11 ha sido la derecha, mejor dicho el PPC, procurando recuperar su bastión electoral, el más importante a nivel nacional y con la mira en el 2014 y el 2016. No obstante, lo imprevisible es el ascenso a segundo lugar de Somos Perú, el Partido fundado por Alberto Andrade. La izquierda que ganara las elecciones municipales con Fuerza Social, hoy bajo registro electoral de Tierra y Dignidad (TD) se ubicó entre los últimos.

En la recomposición de las fuerzas políticas en la Municipalidad de Lima, la izquierda (de Susana Villarán) está totalmente disminuida, situación que obliga a la alcaldesa a entablar otras alianzas para la “gobernabilidad”. Esto ha sido posible porque la población nunca se sintió cerca ni comprometida con su gestión ni con el equipo “de primer nivel” que la rodeó, pues, además, desde sus inicios, ella estuvo más preocupada por logar compromisos con los regidores de otras fuerzas políticas y no para difundir las obras programadas y los proyectos en marcha, actuando casi siempre de manera autárquica y a la defensiva frente al ataque del poder mediático.

Villarán después del triunfo contra la revocatoria, a manera de autocrítica, señaló no haber estado muy cerca de la población ni de las organizaciones vecinales y populares. Sin embargo, esa declaración no pasó de ser un simple golpe de pecho, por ello es que la alegría del triunfo en la revocatoria se enfrió muy temprano debido al escaso calor popular. Es que, una gestión que se dice de izquierda, que triunfa con el apoyo de ese contingente que, además, se esforzó en la campaña, pierde su esencia y sostén cuando se aleja –mismo Humala- de esas organizaciones y del pueblo.

A las bases izquierdistas nada les gustó el caluroso recibimiento de Susana Villarán a Yoani Sánchez (bloguera anticubana) durante su visita a Lima el pasado mes de abril, “Bonito encuentro con Yoani Sánchez, mujer valiente, con quien tenemos muchos amigos en común en Cuba”, dijo entonces Villarán refiriéndose a las llamadas “damas de blanco”, grupo financiado por el gobierno norteamericano para atacar a la Revolución Cubana. Un mes después una delegación anti venezolana, integrada entre otros por los diputados Eduardo Gómez Sigala, María Corina Machado y Williams Dávila, y el Alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, fue recibida por la alcaldesa, precisamente en momentos de una fuerte campaña internacional de Henrique Capriles contra el electo Presidente Nicolás Maduro.

Estos dos años de gestión municipal no han servido para acumular fuerzas para la izquierda ni auspicioso para la presentación “en sociedad” del logo de Tierra y Dignidad (TD). Hay que entender que estamos recién construyendo una alternativa de izquierda, con identidad propia que se alce como opción diferente al continuismo neoliberal, al que se pretende hacerle reajustes, retoques cosméticos sin alterar su esencia excluyente, es decir las tesis trasnochadas de Tony Blair y Felipe González.

Desde el punto de vista estratégico el enemigo principal es el neoliberalismo y las fuerzas que lo sostienen. El frente único que propugnamos debe tener esa orientación. Es un camino difícil, un proceso más largo, pero necesario que recorrer si queremos construir la herramienta de transformación revolucionaria de la sociedad peruana.

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