CONFLUENCIA POR LIMA
Por una
ciudad democrática y con justicia social
Situación
política y
elecciones municipales 2013
Nos encontramos en un nuevo
contexto político en Lima Metropolitana, luego de la consulta del 17 de Marzo.
En este escenario hay una nueva correlación de fuerzas en el Concejo
Metropolitano, la firma del Acuerdo de Ancha Base está en curso y ha sido una
iniciativa política que le dá continuidad a la unidad post revocatoria y
continuar con las reformas en la gestión.
Estamos a puertas de nuestro III Encuentro, el que se realiza después de
una larga lucha compleja por defender el poder municipal, después de una
victoria importante contra los revocadores reaccionarios y corruptos, pero así
mismo con resultados contradictorios, y que nos plantea continuar en la lucha
por cumplir con las responsabilidades que asumimos en el 2010, ratificadas en
el reciente referéndum, de luchar por una Lima para todos, por una ciudad
moderna e inclusiva.
En este nuevo Encuentro, la Confluencia tiene que definir una táctica para
enfrentar las ineludibles elecciones del presente año. Para ello es necesario ubicarnos en el
escenario político general del país, y así mismo es imprescindible comprender
las particularidades de la lucha en Lima, comenzando por sacar lecciones de la
lucha contra la revocatoria. Todos los que participamos a este evento debemos
comprender que el problema esencial, el más importante de todos, es resolver
los problemas tácticos más urgentes que nos permita enfrentar exitosamente las
elecciones de noviembre, que en última instancia consiste en seguir luchando por
la defensa del poder municipal conquistado por las fuerzas progresistas de
izquierda.
Un escenario político nacional complejo
Luego del referéndum en Lima, las luchas de los partidos y las tendencias
se precipitan con fuerza. Alan García,
que había intentado capitalizar la campaña por el Si pensando tener asegurado
el triunfo, se convirtió en el blanco de
sus oponentes. Salieron las denuncias de los negociados hechos en su gobierno y
el escándalo de los narco indultos destapados por la mega comisión del
Congreso. Los apristas, recibieron un severo golpe, lo que les empujó a
organizar una campaña bajo liderazgo de Alan García, alrededor de la
“reelección conyugal”. Luego estalló el destape
contra Alejandro Toledo, que ha golpeado seriamente sus posibilidades
electorales, dejando mal parado incluso a su partido. Los fujimoristas, siempre
vinculados a las fuerzas más reaccionarias, se estaban manteniendo con un
perfil relativamente bajo, esperando la gracia presidencial o buscando el
indulto de Alberto Fujimori. Mientras
los gobernantes de turno aparentemente se alzaban por encima de la lucha
desencadenada en el seno de la llamada clase política.
En medio de estas denuncias cruzadas, de este adelanto de la campaña
electoral del 2016, el anuncio del interés del gobierno de comprar los activos
de Repsol agitó más el ambiente político
y reactivó los temores en las capas altas y medias frente a Ollanta
Humala. La extrema derecha y la mayoría de los partidos de la centro derecha,
se pronunciaron en contra y alertaron sobre el posible viraje “chavista” de
Ollanta Humala.
Ante la campaña desencadenada por los grandes grupos económicos, llevadas a
cabo principalmente a través de los medios de comunicación, los mismos que como
recordamos realizaron la guerra sucia contra Humala, Toledo, Susana Villarán y
las fuerzas de izquierda que participamos en las elecciones municipales del
2010, el gobierno retrocedió.
La presión de la extrema derecha y los temores ante la posibilidad que
pueda precipitarse una nueva crisis económica, ante las evidencias del menor
dinamismo de la producción empujado por la caída de las exportaciones como
efecto inmediato de la recesión económica europea, de los problemas irresueltos
en EEUU y la disminución del creciento económico chino; obligaron al gobierno
no sólo a dar un paso atrás, sino a establecer
vínculos más estrechos con los grandes empresarios.
Ollanta Humala, que despertó tantas expectativas en diversas capas
sociales, en particular en los sectores populares, que reclaman las grandes
reformas que la sociedad necesita; hoy se ha reafirmado con mayor énfasis en la
mantención de la política neoliberal, en los fundamentos de una economía basada
en la industria extractivista, que sigue colocando al Perú en una situación de
extrema vulnerabilidad ante los vaivenes de la economía mundial, y no garantiza
el desarrollo integral y sostenido de la sociedad. Su política de “inclusión
social” que en relación a los anteriores gobiernos sin duda representa un
alivio para los sectores más pobres, a pesar de todas sus apariencias, no deja
de ser simplemente asistencialista.
Sin embargo, el gobierno de Humala en su afán de mantener el “equilibrio
político”, después de tantos meses de indefinición, ha decidido negarle el
indulto a Alberto Fujimori, a pesar de la presión de casi todas las fuerzas
conservadoras y reaccionarias. Se hizo
justicia. La negativa del indulto, podemos decir que representa una victoria
indirecta de las fuerzas sociales y políticas democráticas, pero para el
gobierno es parte de un plan de mantener encubierta su política real al
servicio de los grandes grupos empresariales.
Esta decisión del gobierno puede terminar por definir la dinámica de la
lucha social y política en el país. Los fujimoristas, tal como ya lo
anunciaron, intentarán desarrollar una oposición muy activa contra el gobierno,
y es posible que puedan desplazar a los apristas de este protagonismo, que
liderados por el mismo Alan Garcia, se colocaron a la cabeza de las fuerzas de
la extrema derecha. La situación para el APRA se complica, no podrán evitar
competir desde ahora con sus siameses, los fujimoristas. Esa es la suerte que
pueden correr otras fuerzas conservadoras.
Mientras las organizaciones políticas de derecha ubicadas más al centro,
pueden ser obligados a competir con los proyectos organizados desde palacio de
gobierno. En este espacio están los partidos como Perú Posible, Acción Popular,
al que también pretende sumarse el PPC, que por sobrevivencia intenta escapar
de los estrechos marcos de su entorno tradicional conservador. Todas estas
organizaciones intentan diferenciarse de la extrema derecha, hoy compuesta por
los fujimoristas y apristas, son partidarios de la defensa de la democracia
liberal, pero todos ellos están por la mantención del modelo neoliberal.
En este escenario complejo, dominado por las pugnas entre los partidos de
la derecha, y de nuevos virajes hacia la derecha del gobierno, reaparecen los conflictos sociales y se
manifiestan de nuevo con claridad las demandas del pueblo, aunque dispersas y
desarticuldas. Esto mismo ha generado nuevas condiciones para un reagrupamiento
de las izquierdas y fuerzas políticas democráticas, y tentar de nuevo procesos
unitarios a nivel nacional. En ese marco están en marcha proyectos como FC, el
MAS, y Tierra y Libertad, la única que hasta el momento tiene legalidad, y existe el compromiso general de impulsar un
gran Frente Amplio que unifique a todas las fuerzas de izquierda.
Desde la Confluencia por Lima valoramos estos intentos de organizar
unitariamente a la izquierda a nivel nacional. Pero a la vez señalamos de
manera clara que ese proceso aún es muy inicial, y por lo mismo, su
construcción debe seguir un camino muy paciente que no margine a ninguna
organización política progresista de izquierda, y que tampoco intente
precozmente colocarse por encima de los procesos de acumulación unitarios de
alcance regional y local, que hoy se desarrollan.
Este proceso de unidad de las izquierdas, en este escenario de complejidad,
tiene el gran reto de incorporar a las diferentes corrientes de pensamiento y
vertientes que luchan por la democratización y el desarrollo con justicia
social en el país, pero al mismo tiempo no encerrarse en sus organizaciones
partidarias, sino impulsar la unidad más amplia con las organizaciones y movimientos sociales, con
los colectivos y ciudadanos. En lo político tiene el reto de ser una
alternativa de gobierno, con una propuesta clara por la democratización
del país, por construir una nueva economía que supere al actual modelo
extractivista y promueva una verdadera industrialización del país, que respete
la ecología, el medio ambiente, los derechos de las comunidades campesinas, de
los pueblos originarios, y los derechos de los trabajadores. Todo este proceso,
luego de las elecciones del 2011, de la victoria de Gana Perú y el viraje de
Ollanta Humala, recién está en una fase inicial de reagrupamiento y aún hay
mucho por hacer. Así mismo, las
circunstancias políticas plantean a las organizaciones de izquierda a estar
siempre alertas y dispuestas a practicar la unidad de acción con otras fuerzas
democráticas, ante el riesgo, la
amenaza, de los avances de los partidos
de la extrema derecha o ante cualquier
peligro proveniente del militarismo reaccionario.
En este sentido, sus avances en el nivel nacional debe promover y a la vez
recoger, los procesos de unidad en los niveles regionales y locales, aprender
de sus experiencias y extenderlas hacia otros niveles y territorios, respetando
su especificidad y riqueza territorial. No puede ser un proceso burocrático,
simplemente “de arriba hacia abajo”, tiene que ser un proceso gradual de “abajo
hacia arriba” pero también de ida y vuelta, que respete los procesos
particulares pero al mismo tiempo las alimente y enriquezca.
El escenario de Lima Metropolitana y
la táctica electoral 2013 – 2014
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Los resultados del 17 de marzo
En la consulta popular de revocatoria del 17 de marzo, las fuerzas
democráticas y progresistas conquistamos una importante victoria, logrando que
la Alcaldesa Susana Villarán permanezca en el cargo. La mayoría del electorado
votó por la continuidad del gobierno metropolitano de la ciudad de Lima; voto
por los cambios y la reformas que se vienen implementando, respaldando a una
gestión democrática, progresista y honesta. El triunfo del No (51.17% a 48.83%)
a nivel de la alcaldia, nos ha permitido en lo esencial preservar el poder
municipal, logrando mantener el gobierno y la institucionalidad democrática que
pretendió ser burlada por los revocadores.
Sin embargo, no fue una
victoria contundente y fueron revocados casi todos los regidores de la Confluencia,
equipo de soporte fundamental de la gestión metropolitana, porque a diferencia
de anteriores gestiones, en que esta fue una instancia decorativa, este equipo
permitió recuperar el rol del Concejo Metropolitano, que con reuniones
semanales hizo funcionar a sus comisiones de gobierno y decidir en debate
público y abierto las principales ordenanzas que acompañaron la gestión. No dejamos de mencionar que a la luz de los
resultados del escrutinio observamos que
algunos sectores de nuestros aliados tácticos, en el campo de la centro
derecha han actuado también con doble cara, orientado la votación hacia la
revocatoria de nuestros regidores y defendiendo
solamente a los suyos (PPC y APGC y otros) lo cual debe ser una lección
hacia el futuro.
Esta característica del
triunfo nos obligó a renovar nuestro equipo de regidores pero nos impuso una
nueva correlación de fuerzas no totalmente favorables. Nos obliga además a
nuevas elecciones para noviembre y reemplazar a los regidores revocados, con la
clara posibilidad de otra correlación de fuerzas en el Concejo Metropolitano
del próximo año, menos favorable aun que la actual.
En este escenario de nueva
correlación de fuerzas en el Concejo Metropolitano hoy, la iniciativa política
que le dá continuidad a la unidad contra la revocatoria fue un acierto y fue
sellada con la firma del Acuerdo de
Ancha Base que está en curso y que sirve para mantener una correlación de
fuerzas mínimas al interior del Concejo.
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Fue justa la política de tejer una amplia
alianza.
Entendiendo que la lucha contra
la revocatoria era ante todo una lucha democrática en defensa de Lima, y
gracias a una acertada política de unir y movilizar a las fuerzas sanas
de la ciudad, a todas las fuerzas democráticas y progresistas; logramos
remontar un escenario muy adverso, de desaprobación de la gestión y de la
Alcaldesa Susana Villlarán ( 70% por el SI y 30% por el NO), y conseguimos la
victoria.
Fue justa la política de tejer
la más amplia unidad de acción de las fuerzas sociales y políticas para
movilizar a todos los ciudadanos dispuestos a defender los cambios y las
reformas en Lima; para seguir con las reformas del transporte, la
comercialización del mercado mayorista, los programas barrio mio y la vivienda
popular, la puesta en valor del centro histórico y la renovación urbana, para
planificar y poner en ejecucción las grandes obras viales como Via Parque
Rimac, Las Nuevas Vias de Lima; para extender el servicio de Sisol, las
políticas de promover la educación, la recreación y el deporte; la cultura viva
comunitaria; para mejorar la calidad de vida, la seguridad ciudadana, para
profundizar la lucha contra la corrupción y la impunidad; para promover la
democracia participativa, abriendo las puertas de la Municipalidad al pueblo y
sus dirigentes, abriendo canales de participación ciudadana, promoviendo los
espacios de discusión y de consulta popular; para defender a la MML como un
baluarte de la democracia en el país.
En esta movilización ciudadana
en defensa de Lima, por la gobernabilidad y la institucionalidad democrática,
por la decencia política y en contra de la corrupción, se sumó desde el
principio el partido PP. Luego vino el respaldo importante de las bases del
partido nacionalista, el apoyo de SP, AP, PH, APP. Finalmente, dejando a un
lado una oposición obstruccionista y muchas veces recalcitrante, y poniéndose a
tono con su base social, con las preferencias de las capas medias y acomodadas
que respaldaban firmemente al NO, el PPC giró y le dió el respaldo a la defensa
de la institucionalidad democrática. Esta articulación democrática que permitió
el triunfo del NO, hoy continua con el acuerdo de ancha base por la
gobernabilidad de la ciudad suscrito por nueve partidos, sobre la base de diez
grandes lineamientos programáticos, hecho que es muy positivo para Lima.
Los resultados del 17 de marzo,
también han representado un llamado de atención de los sectores más pobres
frente a la gestión y el gobierno de la ciudad. Los más pobres de Lima
concentrados en los distritos más populares le dijeron SI a la revocatoria,
porque no sintieron una mayor intervención de la MML en su vida cotidiana, para
mejorar sus condiciones materiales y espirituales de existencia. Los revocadores, aprovechándose de esta
situación, de algunos errores cometidos por la gestión y promoviendo una
conciente campaña de desinformación y desprestigio contra la Alcaldesa Susana
Villarán, lograron encausar el descontento popular, profundizando el malestar
existente, la impaciencia, la insatisfacción y hasta el rechazo irracional de
importantes sectores populares. Mientras en los sectores medios y acomodados de
la ciudad votaron abrumadoramente por el NO, respaldando los cambios y las
reformas, y defendiendo más concientemente la gobernabilidad y la
institucionalidad democrática.
Los sectores más pobres a los que le llega muy poco o simplemente no
le alcanza la bonanza económica, el progreso y la modernidad que ésta genera; a
los que les falta casi todo y no tienen una verdadera ciudad en su entorno
urbano inmediato, viviendo más bien en la exclusión y postergación; a los que
ofrecen resistencias frente a las reformas porque éstas trastocan su vida
material y cultural, todavía envuelta en la informalidad y el atraso,
protestaron el 17 de marzo optando por el SI; mientras que los sectores medios
y acomodados, que indudablemente gozan más de la bonanza económica, que tienen
resueltos problemas urbanos básicos, pero tienen la esperanza de mejorar sus
vidas con las reformas que impulsa la MML; tienen más tranquilidad para
discernir y optar por la institucionalidad democrática y contra la corrupción,
optaron por el NO.
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La MLM, el papel de la Confluencia, y el liderazgo de Susana
Villarán.
La Confluencia por Lima, pese a no haber superado completamente su
dispersión y a pesar de la evidente intención de algunos sectores por
invisibilizarla o negarla, cumplió un papel decisivo en la constitución de los
comites por el NO y en el impulso y la organización de la campaña hasta el
mismo 17 de marzo; y pese al revés sufrido a nivel de regidores; terminó
finalmente legitimada y fortalecida políticamente. Hoy la Confluencia por Lima
es el espacio político de frente único democrático, progresista y de izquierda,
que ha ganado prestigio y simpatía en centenares y miles de activistas que
lucharon por el NO; y tiene un reconocimiento de los partidos y fuerzas
democráticas aliadas, y de las organizaciones sociales y sus lideres que se
involucraron en la defensa de Lima.
Otro elemento importante a rescatar en la campaña contra la
revocatoria, fue la gran movilización de los sectores organizados de la
sociedad, y en especial, de los gremios de trabajadores, los asentamientos
humanos y las más variadas instituciones democráticas de la sociedad civil, de
jóvenes, mujeres, artistas, movimientos culturales, de profesionales,
transportistas, empresarios, comerciantes, que unificaron esfuerzos para
derrotar a los revocadores; que se activaron y terminaron fortalecidos al
cierre de la campaña.
Si algo de bueno trajo el proceso de revocatoria, dejando a un lado
los errores de gestión cometidos, fue poner en tensión a todo el aparato
municipal metropolitano, a sus órganos de gobierno y de dirección ejecutiva,
para optimizar procesos y tiempos, en aras de atender mejor las grandes
demandas de desarrollo y progreso de los ciudadanos de Lima. Ésto, sin lugar a
dudas ha dejado muchas enseñanzas y sobre todo ha mejorado la performance de la
gestión, para encarar el desafio de continuar con los cambios y las reformas
que Lima necesita.
Los resultados del 17 de marzo, en contra de los planes de los
revocadores, ha fortalecido la figura y el liderazgo de la Alcaldesa Susana
Villarán. Se ha ratificado su mandato hasta diciembre del 2014, poniéndola
firmemente en la conducción de la MML, ganando legitimidad política. Hoy la cc.
Susana Villarán a recuperado las simpatias de los limeños y proyecta un
liderazgo en favor de las fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda en
el país. Al mismo tiempo, el 17 de marzo también trajo un debilitamiento del
poder municipal en desmedro de la Confluencia por Lima, creando una mayoría
precaría a nivel del concejo metropolitano y dando origen a la amenza de perder
ésta mayoría, con los resultados de las nuevas elecciones municipales.
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El
nuevo escenario en Lima después de la victoria del No.
Las fuerzas políticas y sociales aglutinadas en la campaña del NO se
unieron para defender Lima, para defender la institucionalidad de la
MML bajo el liderazgo de Susana Villarán, para mantener las posibilidades
de seguir avanzando en las reformas. Luego de la revocatoria,
como es natural, cada cual ha retornado a sus propios planes
particulares, a sus respectivos espacios sociales.
En un contexto general ya señalado, en las eleciones municipales de
noviembre, existe la posibilidad que las fuerzas reaccionarias, la extrema
derecha, los fujimoristas, los apristas,
castañedistas, y otros, intente organizar alguna plataforma política que les
permita movilizar al electorado que se pronunció en favor de la
revocatoria del 17 de marzo. Lo más peligroso para la Confluencia es que dichas
fuerzas logren articular una plataforma unitaria. Sin embargo, la campaña
reciente los ha afectado seriamente; y la nueva polarización política y sus
ambiciones particulares les crea dificultades para organizar una
plataforma única. En todo caso, lo
nuevo, de estos últimos días, pueden ser las pretensiones del fujimorismo de
utilizar las elecciones de noviembre como una plantaforma de campaña política
luego del golpe que han sufrido al no conseguir la libertad de Alberto
Fujimori.
En este nuevo escenario, no es
posible saber con exactitud que es lo que pueden hacer los partidos democráticos
que de alguna manera nos apoyaron en la campaña por el No. Pero ya se dan
algunas señales de mayores definiciones. Hay que estar muy atentos, no podemos
descartar del todo la posibilidad que intenten utilizar la campaña municipal
como una ocasión para organizar y movilizar sus fuerzas, como una preparación
para el 2014 y 2016. Se tiene información que Somos Perú va a correr solo, para
potenciar sus posibilidades políticas mirando el 2014; Lourdes Flores Nano ha
dicho explicitamente que el PPC va solo en noviembre, y lo hace con el
propósito de ser mayoría en el Concejo Metropolitano, para proyectarse como
partido mirando el 2014 y el 2016. Ante la incursión abierta o encubierta del
fujimorismo en las elecciones de noviembre, se tenzaran las fuerzas y
probablemente se crea la posibilidad de construir una amplia unidad
democrática, que será delimitada su alcance por la conducta de los propios
partidos. Sin embargo, también esta planteada la posibilidad que el PPC y otros
partidos similares decidan participar por su propia cuenta, situación que nos
planteará la necesidad de diferenciarnos claramente de estas alternativas,
definiendo a los enemigos principales, y reafirmándonos en la amplia política
democrática por la defensa de la gestión liderada por la compañera Susana
Villarán.
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La
necesidad de impulsar una coalición democrática para noviembre 2013
En un contexto nacional complejo, y tomando en cuenta las
particularidades de la lucha en Lima, el problema central es luchar para
mantener el poder conquistado en la MML. El gran problema del momento es que
pese a la victoria del 17, la situación de la Confluencia es muy complicada
debido al estado de formación y construcción en la que aún se encuentra como
referente político, y a la circunstancia de no tener legalidad. Estamos
obligados a construir una plataforma electoral para las elecciones del 2013 que
nos permita resultados que posibiliten a la gestión, las fuerzas básicas para
mantener la gobernabilidad hasta el 2014.
Teniendo en cuenta este escenario, el Comité Promotor Metropolitano de
la Confluencia, en coordinación con la gestión, tomó la iniciativa política de
convocar a la más amplia unidad de las fuerzas democráticas y progresistas,
para ir juntos a los comicios municipales de noviembre del presente año y
alcanzar una nueva victoria ciudadana, levantando
la misma plataforma democrática del NO, en defensa del gobierno y la
institucionalidad democrática de la ciudad, en respaldo a la política de
cambios y las reformas que se vienen implementando; para cerrarle el paso a los
intentos de las fuerzas revocadoras de ganar espacios de poder en el concejo
municipal, que lo harán con el objetivo de desestabilizar el gobierno de la
ciudad, abonando en sus planes políticos con miras al 2014 y 2016.
La Confluencia por Lima, tomando en cuenta las tendencias políticas en
el conjunto del país, y las particularidades de la lucha en la capital, está en
la obligación de continuar desarrollando todos los esfuerzos políticos para
impulsar una coalición democrática, apoyándonos en la legalidad de algunos de
los partidos inscritos en el JNE, entre los cuales está Tierra y Libertad, que
ha ofrecido su plataforma para contribuir en la forja de esta alianza. Es la aspiración, es la voluntad política de
la Confluencia, para que esta coalición democrática se integren todos los
activistas de los comites por el NO, y en general, todos aquellos
partidos, líderes y
activistas sociales, y los partidos democráticos que deseen luchar a
nuestro lado en la próxima jornada electoral, defendiendo a la MML, a la Confluencia, a la gestión progresista liderada por la compañera Susana
Villarán.
En nuestra táctica de noviembre, también debemos tener muy en cuenta los
anuncios de los partidos de la derecha, que estuvieron con nosotros en la
campaña por el No, de marchar por su propia cuenta, en el marco de los
acontecimientos que se precipitan en el escenario nacional. Tenemos que estar preparados ante la
posibilidad que puedan participar el PPC u otro partido en las elecciones de
noviembre. Si los fujimoristas y
tendencias similares participan, éstos serán nuestros enemigos principales, con
el PPC, nos diferenciaremos, pero no los consideraremos como el enemigo
principal. Pero el escenario puede cambiar sustancialmente si el PPC se une con
el Apra, y los demás actores de la derecha deciden no participar.
En una circunstancia aún muy incierta, la
política que apliquemos para noviembre del 2013, nos debe permitir mantener una
correlación de fuerzas políticas favorables al interior del Concejo
Metropolitano y fuera del Concejo. Esto nos exige ganar las elecciones
municipales de noviembre y al mismo tiempo recuperar el apoyo político
alcanzado como confluencia en las eleciones del 2010.
Ganar una correlación de fuerzas favorable
en el Concejo Municipal nos exige la amplitud política lograda en la campaña
por el NO, aunque ésto no se concrete necesariamente en una plataforma
electoral con todas las fuerzas políticas de ese momento. La amplitud de
nuestra propuesta por la gobernabilidad, la democracia y el desarrollo de Lima
Ciudad, no necesariamente debe significar una coalición electoral similar.
Asimismo, debemos luchar por recuperar el
apoyo político logrado en el 2010, y esto trasciende la gestión municipal,
implica también nuestra afirmación política como confluencia y la necesidad de
constituirnos en el referente político de izquierda, democrático y progresista
que Lima necesita. Consolidar la Confluencia por
Lima como referente político de la izquierda, como alternativa de gobierno y de
poder, no solamente para la presente
gestión municipal, sino también para el 2014. Esto supone dotarle de identidad
y calidad política a la bancada en el Concejo y perfilar a la confluencia en el
debate público en torno a los temas importantes para el desarrollo equitativo
de la ciudad, con proyección de mediano y largo plazo.
Esto permite
darle viabilidad política y electoral a la Confluencia por Lima para las
elecciones municipales 2014, fortaleciendo su estructura territorial así como
su capacidad programática y política para la
adecuada representación a los intereses populares que buscan profundas
reformas institucionales y sectoriales en nuestra ciudad.
Articular el
diálogo permanente entre la instancia de
dirección política de la confluencia y la bancada y Alcaldía para armonizar
criterios, socializar información, y distribuirnos responsabilidades en el
conjunto del proyecto de reformas que queremos materializar en el amplio
escenario de Lima metropolitana, potenciando nuestras capacidades políticas y
operativas mutuamente. Todos debemos cooperar, todos debemos avanzar lo más
cohesionados posible y todos vamos ganar, construyendo una Lima para todos y
todas, especialmente las capas más desfavorecidas y excluidas de nuestra
compleja y extensa ciudad capital.
Buscar los
mecanismos más adecuados de Apertura y ampliación de la participación de
diversos sectores sociales, culturales y gremiales en la Confluencia. Abrir y convocar creativamente a todo tipo de
participación política en la Confluencia.
Impulsar la inscripción de la Confluencia por Lima
como movimiento político local de alcance provincial para las elecciones
municipales del 2014. Organizar
e impulsar una campaña para juntar medio millón de firmas. Al mismo tiempo,
gestionar una consulta legal ante el JNE, de si es viable tener una inscripción
como movimiento político regional, haciendo incidencia política sobre el tema. Pensando en proyectar una identidad institucional, pública,
abierta, pluralista y democrática,
Pensar en un local público, céntrico y accesible a todos y todas las
corrientes, democráticas, progresistas y patrióticas de la ciudad.
La defensa del poder y el camino hacia el 2014
Desde que la Confluencia ganó las elecciones en Lima, las fuerzas más
reaccionarias conspiraron permanente para acabar con el poder municipal
conquistado por las fuerzas progresistas de izquierda. El 17 de marzo logramos
la victoria, pero sufriendo bajas importantes.
En las nuevas elecciones de noviembre se cerrará el ciclo abierto por la
revocatoria. No estará en juego la
Alcaldía, pero sí las cuotas de poder en la bancada, de alguna manera se
definirá la gobernabilidad del último año de la actual gestión. Pero finalmente
este evento político sólo será la antesala de la lucha del 2014, de las
elecciones en las que se definirá el problema central del poder municipal.
La defensa del poder municipal que hoy tenemos las fuerzas
progresistas de izquierda organizadas en la Confluencia, nos plantea ante todo
ejercer de manera efectiva y democrática este poder. Lo cual nos plantea colocar en primer plano
la realización efectiva de las reformas que impulsa la MML,
movilizando a todas las fuerzas sociales progresistas, promoviendo,
movilizando, al pueblo. El Comité
Promotor Metropolitano de la Confluencia, en íntima vinculación con la gestión,
sacando lecciones de su experiencia, y de la experiencia de otras realidades
así como de nuestro país, está
realizando los esfuerzos para asumir las responsabilidades que le corresponden
como articulador principal de este amplio y complejo trabajo de
organización. Ninguna táctica electoral
para este año y para el siguiente puede obviar el enorme reto de la lucha
diaria por avanzar en la transformación de nuestra ciudad.
Lima Metropolitana
ha sufrido cambios sustanciales en los últimos años, no solo representa el 30%
de la población del país, se extiende hoy más allá de los límites de la provincia de Lima, su proceso de identidad
configura una síntesis de múltiples vertientes culturales; pero a la vez,
producto de un modelo económico predominantemente extractivista y que no genera
empleo, pero que está en crecimiento económico sostenido desde el 2000 sobre
todo a nivel de la gran empresa, se plasma nuevos abismos sociales
multiplicándose la pobreza y la exclusión y también la continuidad de la
cultura emprendedora que explica en parte
el enorme crecimiento de los establecimientos económicos pequeños y
micros que siguen desarrollándose.
Ésta realidad particularmente compleja de Lima, no la entendemos aún
completamente y por ello ni el gobierno nacional, ni los gobiernos
metropolitanos anteriores, han intervenido adecuada ni suficientemente para
enfrentar la magnitud y
complejidad de este proceso de consolidación de Lima como Ciudad Metrópoli.
Todavía aún no entendemos a profundidad que la Lima emergente que se vino
construyendo como negación de la Lima aristocrática ha entrado en crisis. La ciudad emergente se expresó en el
desarrollo de la informalidad, crecimiento urbano desordenado y caótico,
déficit de cobertura y calidad de servicios públicos fundamentales, creciente
contaminación ambiental y graves niveles de desempleo y sub empleo, la superposición
de funciones, duplicidad de recursos en inversiones y otros. Este tipo de ciudad ingresó en una crisis
completa al haber sido desbordada por las fuerzas sociales que han
desencadenado el auge económico, tal como se manifesta cotidianamente en los
problemas del transporte.
La actual gestión
municipal de Lima Metropolitana que dirige la compañera Susana Villarán, asumió
estos retos de enfrentar los grandes y complejos problemas y avanzar hacia su
desarrollo. Pero esto no es una tarea de corto plazo y de un periodo de
gestión, tampoco es tarea exclusiva del nivel de gobierno metropolitano, sino
también de los gobiernos regionales colindantes y del mismo gobierno nacional.
Por ello, la gestión metropolitana ha impulsado la conformación del Consejo
Interregional de Lima y Callao, en el que participan el Gobierno Regional del
Callao, la Municipalidad Metropolitana de Lima, el Gobierno Regional de Lima y
la Secretaría de descentralización de la PCM.
Lo dijimos durante la campaña y lo ratificamos hoy, que la complejidad
de Lima Metropolitana y su carácter especial, requiere una intervención
intergubernamental de mediano y largo plazo, guiados por un Plan de Desarrollo
de la Ciudad mirando todo el siglo XXI, que sea parte de un nuevo Plan Nacional
de desarrollo alternativo al modelo primario exportador. Y por ello, hoy, como
confluencia, nos ratificamos en la necesidad de la amplitud política para
gobernar Lima. Las reformas fundamentales de nuestro Plan de Gobierno 2011-2014
buscan el desarrollo de Lima Ciudad Región, y requiere el apoyo de ciudadanos y
sus organizaciones, pero también de una concertación política al interior del Concejo
Metropolitano, en los temas centrales de este plan.
No es la primera experiencia de concertación política en Lima
Metropolitana, lo inició Alfonso Barrantes Lingán en su condición de Alcalde
Metropolitano. Lima Metropolitana se ha convertido hoy en uno de los bastiones
de la institucionalidad democrática del país, la Confluencia por Lima, tiene el
reto de articular a las fuerzas
democráticas y progresistas, y concertar con ellas para profundizar las
reformas emprendidas y avanzar hacia el desarrollo de Lima.
Las fuerzas progresistas de
izquierda organizadas en la Confluencia tenemos el gran reto histórico de
cumplir nuestras responsabilidades en Lima, la más grande y compleja ciudad del
país. La clave para el éxito es que
ejerzamos el poder de manera efectiva y democrática. El papel de la
Confluencia, liderada por nuestra compañera Susana Villarán, es de ser
articulador de todo éste proceso, desde la gestión, las instancias de dirección
metropolitana, los comités distritales, las organizaciones vecinales y sociales
de todos los distritos de nuestra heterogénea ciudad.
¡Unámonos firmemente por hacer de
Lima una ciudad para todos! ¡Marchemos unidos con las fuerzas democráticas, con
los ciudadanos y ciudadanas que deseen defender a nuestra Lima de todas las
sangres para convertirla en una gran ciudad, moderna e inclusiva! ¡Unámonos para el triunfo electoral del 2013
y la gran victoria del 2014!
Lima 12 Junio 2013
Comité Promotor Metropolitano
Confluencia por Lima